jueves, 26 de abril de 2012

Desearía que todo hubiese sucedido de distinta manera. Que en el momento que decidí echar a correr, tú corrieras.
Que me hubieras estrechado con fuerza entre tus brazos, dejandome derramar mis lágrimas en tu pecho.
Que hubieras secado mis mejillas, acogido mi rostro entre tus manos. Y con un tierno beso, me dijeras que todo paso, que todo seguirá igual.
Que me hubieses estrechado con todas tus fuerzas contra ti, haciendome sentir que no te marcharas. Dandome el consuelo y la tranquilidad que tanto necesitaba, pero que solo tú me podias dar.
Que me hubieses repetido una y otra vez cuanto me quieres, haciendome sentir importante para ti, valiosa.
Pero no llueve a gusto de todos, y lo echo echo está.



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